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miércoles, 29 de octubre de 2014

Música modernista

La música modernista se refiere a la música de la tradición europea escrita (o música clásica), elaborada aproximadamente entre 1910 y 1975.Fue precedida por la música del romanticismo ypostromanticismo, y sucedida por la música clásica contemporánea. El momento exacto en el cual terminó el modernismo e inició la música contemporánea, es todavía motivo de debate entre los expertos. En ocasiones se le equipara la música modernista con la música del siglo XX aunque esta última abarca un tiempo cronológico en lugar de un período estético. La música modernista está basada en los valores filosóficos y estéticos del modernismo al cual tienen como principio principal la ruptura con la tradición, y la permanente innovación. Debido a esto está estrechamente ligada al vanguardismo. A diferencia de los períodos anteriores, prácticamente todos los compositores de este período participaron en varios movimientos musicales diferentes, ya sea simultáneamente o por etapas.


Se da el nombre de modernismo a una serie de movimientos basados en el concepto de que, siendo el siglo XX una época de fundamentales cambios sociales y tecnológicos, el arte debe adoptar y desarrollar estos principios como fundamento estético. El modernismo toma el espíritu progresista de fines del siglo XIX y su apego por el rigor del avance tecnológico, por lo que lo despega de las normas y formalismos del arte de la época y la tradición. De esta manera la característica principal del modernismo es la pluralidad del lenguaje, entendiendo que ningún lenguaje musical en particular asumió una posición dominante.

Técnicamente hablando el modernismo musical tiene tres características principales que lo distinguen de las períodos anteriores:
La expansión o abandono de la tonalidad.
El uso de las técnicas extendidas.
La incorporación de sonidos y ruidos novedosos eFuturismo

El futurismo fue uno de los movimientos iniciales de vanguardia en la Europa del Siglo XX. Esta corriente artística fue fundada en Italia por el poeta italiano Filippo Tommaso Marinetti, quien redacta elManifiesto Futurista, y lo publica el 20 de febrero de 1909 en el diario Le Figaro de París.

Este movimiento buscaba la ruptura con las tradiciones artísticas del pasado y los signos convencionales de la historia del arte. Intentó enaltecer la vida contemporánea, esto por medio de dos temas principales: la máquina y el movimiento. El futurismo recurría a cualquier medio de expresión; artes plásticas, arquitectura, poesía, publicidad, moda, cine y música; con el fin de construir de nuevo el perfil del mundo.

Los primeros trabajos futuristas en el campo de la música empezaron en 1910, mismo año en que se firma el Manifiesto de los músicos futuristas. Los principales compositores futuristas fueron los italianosFrancesco Balilla Pratella y Luigi Russolo. Russolo concibe en este manifiesto El arte de los ruidos de1913, como una consecuencia a los estudios previamente realizados por Pratella. La «música de ruidos» fue posteriormente incorporada a las performances, como música de fondo o como una especie de partitura o guía para los movimientos de los intérpretes, además inventó una máquina de ruido llamada Intonarumori o "entonador de ruidos", que fue duramente criticada en su época. Entre sus obras más significativas destaca Los Relámpagos de 1910.Russolo fue el antecedente de la música concreta, un lenguaje sonoro en el cual se utilizaba cualquier sonido, fuese este uno producido por la naturaleza o por la técnica (técnica gutural, fuesen palabras o un lenguaje inarticulado).en la composición.





Crisis de la tonalidad y atonalismo




Los primeros antecedentes de la música europea sin un centro tonal se encuentran en Franz Liszt con su Bagatella sin tonalidad de 1885, período que ya se hablaba de una "crisis de la tonalidad". Esta crisis se generó a partir del uso cada vez más frecuente de acordes ambiguos, inflexiones armónicas menos probables, y las inflexiones melódicas y rítmicas más inusuales posibles dentro de la música tonal. La distinción entre lo excepcional y lo normal se hizo más y más borrosa, y como resultado, se produjo un aflojamiento concomitante de los enlaces sintácticos a través de los cuales los tonos y armonías habían sido relacionados entre sí. Las conexiones entre las armonías eran inciertas, las relaciones y sus consecuencias se volvieron tan tenues que apenas funcionaban en absoluto. A lo sumo, las probabilidades del sistema tonal se habían vuelto demasiado oscuras; en el peor de los casos, se estaban acercando a una uniformidad que proporcionan pocas guías para la composición o la escucha. A principios del siglo XX compositores como Claude Debussy, Aleksandr Skriabin, Béla Bartók, Paul Hindemith, Sergei Prokofiev, Carl Ruggles, Igor Stravinsky y Edgard Varèse, escribieron música que se ha descrito, total o parcialmente, como atonal. Aleksandr Skriabin realizó un particular estilo de impresionismo y atonalidad, basando

obras como Mysterium, Poema del éxtasis o Prometeo: el poema de fuego en un acorde por cuartas y tritonos llamado "acorde místico", muy alejado de los habituales acordes de tríada formados por intervalos de tercera.

La primera fase del atonalismo (antecesora del dodecafonismo), conocida como "atonalidad libre" o "cromatismo libre", implicó un intento consciente de evitar la armonía diatónica tradicional. Las obras más importantes de este periodo son la ópera Wozzeck (1917-1922) deAlban Berg y Pierrot Lunaire (1912) de Arnold Schoenberg. El primer período de piezas libremente atonales de Schoenberg (de 1908 a 1923), tienen a menudo como un elemento integrador a una célula interválica que, además de la expansión se puede transformar en una fila de tonos, y en el que las notas individuales pueden "funcionar como elementos fundamentales, para permitir la superposición de estados de una célula básica o la interconexión de dos o más células básicas". Otros compositores en Estados Unidos como Charles Ives, Henry Cowell y más adelante George Antheil, produjeron música impactante para la audiencia de la época por su desprecio de las convenciones musicales. Combinaron frecuentemente música popular con aglutinación o politonalidad, extremas disonancias, y una complejidad rítmica en apariencia inejecutable. Charles Seeger enunció el concepto de contrapunto disonante.






MENSAJES Autor: GUILLERMO RAUL


lunes, 20 de octubre de 2014

Palabras, sonidos y silencios. Programa de radio

  GUILLERMO RAUL         


Palabras, sonidos y silencios. Programa de radio No se pierdan Palabras, sonidos y silencios el programa de creatividad, cultura y debates imperdibles. Los días Jueves de 20 a 22 hs. Nos puedes escuchar por conexiong21.com.ar desde Bahia Blanca, Argentina.
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CONDUCEN:  Guillermo Raul y Emanuel Guido



                  LOS ESPERAMOS

El filósofo francés André Comte-Sponville presenta en Madrid «Ni el sexo ni la muerte.




Llaman la atención los calcetines blancos, a juego con el pelo, bien plantado en una cabeza tan proporcionada como su interior, a juzgar por lo que escribe y por lo que dice. André Comte-Sponville es alto y, aunque se contiene con una cordura muy francesa que no excluye la coquetería, guapo, y lo sabe. No se engaña. Habla con un timbre lleno de modulaciones, con seguridad, mirando a los ojos de su interlocutor, sacándole al francés todas sus inflexiones, pero sin recrear la suerte. Sin que dé la apariencia de escucharse, sino de explotar a conciencia las posibilidades de la sintaxis francesa. Élisabeth Perelló Santandreu hizo las labores de traductora.



«El futuro es de la mujer, porque humaniza al hombre» No es blando ni busca la complicidad del otro por la vía de la piel, sino de la inteligencia, aunque en «Ni el sexo ni la muerte. Tres ensayos sobre el amor y la sexualidad» (editorial Paidós) pone toda la carne en el asador. Se atreve a pensar no solo a partir de sus filósofos más queridos (un olimpo razonable coronado por Montaigne, pero acompañado por Spinoza, Epicuro, los estoicos..., además de Claude Lévi-Strauss, Marcel Conche y Clément Rosset, y muchos poetas), sino de su propia experiencia vital. Asegura que «el sexo es una escuela de humildad, sobre todo para el hombre. Porque el sexo del hombre es desobediente por natuaraleza», y está convencido de que «el futuro es de la mujer, porque humaniza al hombre».

Nacido en París en 1952, es uno de los filósofos franceses más brillantes y queridos, y no solo dentro del hexágono. Practica con donosura una de las más amables exigencias de José Ortega y Gasset: la claridad como cortesía del filósofo. No solo se le entiende, sino que se paladea la prosa de este profesor de la Universidad de La Sorbona. Casi todos sus provocadores y estimulantes libros han sido publicados en España por Paidós, entre ellos «La felicidad desesperadamente»; «El capitalismo, ¿es moral?»; «Pequeño tratado de las grandes virtudes»; «El alma del ateísmo»; «Montaigne y la filosofía», y «El placer de vivir».



«La filosofía nos enseña a vivir, a vivir mejor» Una entrevista es un intento de conocimiento del otro en un lapso determinado de tiempo, casi siempre demasiado breve. Esta se celebró una suave mañana de otoño en el Instituto Francés de Madrid, y pretende animar a leer a Comte-Sponville, porque la mejor forma de conocerle es a través de sus libros. Son una invitación a pensar, y a vivir desesperadamente, no en vano está convencido de que la filosofía nos enseña a vivir, «a vivir mejor».

¿Qué pretende conseguir con sus libros: conocer el mundo y la naturaleza humana, hacer que otros la conozcan y se conozcan mejor a sí mismos, darse a conocer a usted mismo?

Supongo que en parte todas esas razones. Pero para conocer el mundo no hace falta la filosofía. Para conocer la naturaleza que nos rodea están las ciencias naturales. Para conocer la naturaleza humana están las humanidades. Pero para saber qué hacer con todas ellas, para saber cómo vivirlas, está la filosofía. Yo creo que una vez que adquirimos los conocimientos a través de las ciencias tanto naturales como humanas hay que saber qué hacer con ellas y cómo vivirlas, y la filosofía nos enseña a vivir, a vivir mejor.

¿Qué le llevó a escribir «Ni el sexo ni la muerte. Tres ensayos sobre el amor y la sexualidad»?

Sobre el amor he escrito mucho y los filósofos han escrito mucho. Yo ya había escrito muchas cosas y pronunciado conferencias sobre el amor. En filosofía se ha publicado mucho sobre el amor, pero nunca había escrito nada sobre el sexo, y cuando buscas bibliografía entre los filósofos apenas encuentras nada sobre el sexo. Entonces me pregunté cómo era posible que hubiera tanto escrito sobre el amor y tan poco sobre el sexo. Esa asimetría me atrajo. Quise unir ambos asuntos y preguntarme qué tenía que ver el uno con el otro.

¿Era el mismo antes de escribirlo? ¿Será uno el mismo después de leerlo?

No creo que haya cambiado después de este libro. Uno cambia menos a mis años que cuando se es más joven, pero lo que sí puede haber cambiado es la forma en la que veo el sexo. Hemos vivido veinte siglos, en la Europa cristiana, en los que la religión nos ha hecho pensar que el sexo era malo, algo negativo. Esto afortunadamente ya no es así y ya no lo creemos. Lo que ocurre es que hemos pasado al otro extremo. A partir de los años sesenta y setenta del siglo XX hemos pasado a pensar que el sexo no tiene ninguna importancia, que es como tomarse un café. Hemos pasado de la demonización a la banalización del sexo. Escribiendo este libro he descubierto que el sexo es amoral, es animal, y por eso es tan bueno. Este libro me ha ayudado a tener conciencia de esto y a aceptar esta parte amoral y animal, y espero que ayude a los lectores a aceptarlo.



«Hemos pasado de la demonización a la banalización del sexo» Este libro no es un manual al uso. No es desde luego un libro de auto-ayuda. No se puede resumir en una entrevista. Hay que leerlo, y pensarlo, si se quiere entenderlo, y sacarle partido, pero ¿por qué animaría a leerlo a quien le da miedo la filosofía?

Desde luego es un libro de filosofía, no es un libro de autoayuda ni de psicología, porque me parece que la filosofía es mucho más interesante, entre otras razones porque en filosofía también se reflexiona sobre la psicología. Tal vez yo no sea el más indicado para decirlo, pero animaría a leer este libro a quien sienta miedo de la filosofía diciendo que en él se explican las cosas de forma clara y desde luego no es lo que a veces pensamos que es un tratado filosófico, lleno de jerga, sino que intento que sea lo más comprensible posible. No se dirige a unos profesionales de la filosofía sino al público en general para que reflexione.

¿En qué medida se convirtió usted y sus experiencias sexuales y amorosas en objeto de estudio, o prefirió fiarse más de las deducciones y conclusiones de Platón, Aristóteles, Spinoza, Schopenhauer, Nietzsche, Rilke y, sobre todo, de Montaigne?

Yo diría que ambas cosas. Obviamente mi experiencia amorosa, personal, me ha ayudado a ver que el amor, el enamoramiento, no dura toda la vida. El que te diga que después de treinta años de matrimonio sigue tan enamorado como el primer día es que miente. No es así. Pero también veo que yo por mi experiencia personal soy mucho más feliz en matrimonio que solo. Me alegro de mi situación, y esto me da alegría en la vida. Pero para ello, para decir también que el amor no dura puedo –como hace el poeta Louis Aragon, resumiendo el pensamiento de Platón– decir que no hay amor feliz, porque una vez que estás en presencia de la persona que amas ya la tienes, y desaparece el amor. Por eso cito a Schopenhauer, porque se puede ir de Platón a Schopenhauer, del enamoramiento al tedio, pero también se puede optar por ir de Aristóteles a Spinoza, que hablan del goce del amor, de la alegría que da la presencia del otro, del ser amado, de la pareja. En cuanto a la sexualidad me di cuenta de que la razón por la que los filósofos no escribían sobre ella es porque en realidad los filósofos escriben sobre el espíritu, el pensamiento, y la sexualidad es lo más corpóreo que tiene el ser humano. Los filósofos escriben sobre la moral, y la sexualidad es lo más amoral, lo más animal que tenemos. Por lo tanto vemos esta dicotomía entre amor y sexo. Pero también el hecho de que la moral defienda la dignidad de la persona, el respeto, el no tratar –como defiende Kant– a la persona como un medio sino siempre como un fin, no como un objeto. Y sin embargo en la sexualidad no se respeta a la persona, no se respeta la dignidad de la persona, se trata a la persona como a un objeto, y se apela al instinto más corpóreo, más animal, más carnal del ser humano... Tratar al otro como un medio o entregarse a él como una bestia, ¡qué bueno es! De hecho vemos que los animales no son eróticos cuando hacen el amor, porque lo hacen de forma inocente, porque no son inmorales. De ahí que el sexo sea tan extraño. No es que sea inmoral amar, sino que el amor nos libera de la moral.



«El que diga que después de 30 años de matrimonio sigue enamorado, miente» A los filósofos les cuesta mucho hablar de la sexualidad humana, y hay mucho pudor a la hora de hablar de la sexualidad personal. Pero hay una corriente en la literatura francesa que exhibe de forma bastante obscena su visión de la sexualidad incluso de forma autobiográfica, como en los casos de Colette, Catherine Millet y Michel Houellebecq... ¿Qué le parece este contraste entre los filósofos y los novelistas?

El punto de vista no es el mismo. La filosofía no ha ahondado en ese tema porque la filosofía siempre busca una verdad general, casi universal. Una verdad que se refiriera solo a mí no sería filosofía. La verdad que yo encuentro para mí debe servirle a todos, a la humanidad. Y sin embargo en la literatura ocurre lo contrario, y sobre todo si es autobiográfica. Lo que interesa es la verdad de un individuo, y esa no es la mía. ¿Por qué me interesa leer tu diario? Porque tu verdad no es la mía, y eso es lo que me interesa conocer. De los autores que cita, Colette, a la que yo estimo mucho, es bastante más púdica que Catherine Millet o Michel Houellebecq. Yo me alegro de que Millet o Houellebecq hayan escrito sus libros. Me parecen interesantes y por eso los he leído. Ahora bien, yo no tengo el menor interés en contar mi vida sexual particular, sobre todo porque el contar tu vida sexual implica contar la vida sexual de aquellos con los que tienes relaciones sexuales. Si contara la forma en la que yo hago el amor contaría la forma en que mi mujer hace el amor, y desde luego no me veo habilitado ni con el derecho de contar cómo hace el amor mi mujer.

Dice que «la sexualidad no es inocente», que por su origen es «el más animal de nuestros placeres» y por su objeto «el más humano», ¿cómo hacerla moralmente aceptable?

La forma de hacer que algo tan amoral, casi inmoral, como la sexualidad sea aceptable moralmente es que tienen que estar presentes tres elementos fundamentales: la libertad, la igualdad y la reciprocidad. Si yo le falto al respeto a mi mujer cuando hago el amor con ella, ella debe poder faltarme también al respeto a mí. Esto es la reciprocidad. Claro que hay que tener también en cuenta que si la forma en que haces el amor a tu mujer es demasiado respetuosa no creo que tu mujer quede satisfecha, y no creo que tú quedes también satisfecho. Yo debo tener la libertad de asumir mi lado más animal, más salvaje, pero también mi mujer debe tener la libertad de asumir su lado más animal. Eso es justamente lo que pensaba Kant, aunque no sepamos casi nada de su vida sexual, de quien presumimos una vida sexual bastante pobre (no estaba casado, no se le conocieron amantes). Por el contrario, lo más opuesto a este marco, a esa triple condición, es la violación, en la que no están presentes ni la libertad, ni la igualdad, ni la reciprocidad. En grado algo menor también se situaría la prostitución, porque aunque se trate de una relación consentida entre dos adultos, si se trata de alguien libre, que no esté a las órdenes de un proxeneta, no estarían presentes ni la reciprocidad ni la igualdad. Estos elementos son necesarios para que la sexualidad sea aceptable. Además habría que considerar la cuestión de la poligamia, en la que puede haber libertad, pero no igualdad ni reciprocidad, porque el polígamo puede tener varias mujeres, pero cada mujer sólo lo tiene a él.



«Si tu forma de hacer el amor es muy respetuosa, ella no quedará satisfecha» Las madres y las mujeres captan buena parte no sólo de su atención sino de su admiración. Citando a Rilke dice que «las mujeres parecen haberse transformado en personas más humanas que los hombres». ¿Por qué?

Una humanidad que se feminiza es una humanidad que se humaniza. Como digo en mi libro, en cierta medida a modo de provocación, el amor es una invención de la mujer. Una humanidad exclusivamente masculina abandonaría el amor. Son las mujeres y las madres las que nos enseñan a amar. Como señaló Freud, la primera historia de amor, tanto para el niño como para la niña, es con la madre. La parte femenina de la mujer ha jugado y juega un papel decisivo en cuanto a la humanización del hombre, el devenir humano de la humanidad. Sí, efectivamente, yo creo que las mujeres y las muchachas son más humanas. Si este mundo fuera solo de hombres hubieran bastado la guerra y el sexo, y tal vez el fútbol. Pero a las mujeres esto no les bastaba y entonces tuvieron que inventar el amor. Antes que como amantes o como amigas, las mujeres han inventado el amor por ser madres, y luego se lo han enseñado a los hombres, y estos se han ido humanizando, aprendiendo el amor. Algunos lo interpretan tan bien que parece natural para ellos, pero desde luego es gracias a las mujeres que la sociedad se haya feminizado estos últimos años, han logrado una sociedad más humana. El futuro desde luego es de la mujer porque humaniza al hombre y esto, la humanización, es el futuro del género humano.



«El amor es una invención de la mujer» Siguiendo a Nietzsche señala que «los cristianos demonizaron la sexualidad» y de esa manera «se hicieron más prisioneros de ésta. Envenenaron a Eros». ¿Nos hemos liberado los cristianos europeos de ese estigma, o todavía envenena nuestra vida sexual?

El que cite el texto de Nietzsche no quiere decir que esté totalmente de acuerdo con él. Yo me defino como un ateo fiel, ateo porque no creo en Dios, pero fiel porque reconozco la validez de muchos valores cristianos. Puede ser que la Iglesia o una parte de ella en un momento dado haya envenenado la sexualidad, pero desde luego en ningún texto sagrado se dice que la sexualidad sea mala. La Biblia no dice nada contra el sexo, y el Antiguo Testamento dice «creced y multiplicaos». Para crecer y multiplicarnos tenemos que hacer el amor, para tener hijos. Sin embargo pienso que podemos llegar al mismo error al que llega Nietzsche a veces, que es el de banalizar la sexualidad, y así hacen los nietzscheanos. Yo creo que la sexualidad está limitada por nuestra moral, por ser como decía antes amoral. Esto hace que sintamos esta atracción por ella. Cualquier cultura, cualquier sociedad, incluso aquellos pueblos que viven desnudos, se esconden siempre para hacer el amor. En ningún pueblo se hace el amor delante de los otros. Como se ve también en el Génesis, cuando se habla del pecado, que todos interpretamos como el acto sexual, lo primero que ocurre cuando Adán y Eva pecan es darse cuenta de que están desnudos, y se empiezan a avergonzar de esta desnudez. Es gracias al pudor que la desnudez se vuelve erótica. Esto es la erotización del sexo, y de hecho creo que la virtud es la mayor erotización del sexo. Si aquí estuviéramos desnudos nos sentiríamos incómodos, avergonzados. Sin embargo no hay ninguna razón para ello. El cuerpo no es inmoral. Cuando vemos a los animales esto no ocurre. Cuando ves a dos chimpancés en el zoo desnudos haciendo el amor no sienten la menor incomodidad.



«Si este mundo fuera solo de hombres bastaría la guerra, el sexo, y tal vez el fútbol» Dice que «la sexualidad no es en absoluto un pasatiempo inocente» y que las religiones «que no se fían de ella, quizá no se equivoquen del todo». ¿Por qué? ¿Ha encajado algo la Iglesia católica de la revolución sexual? ¿Podrán liberarse las mujeres musulmanas sin que salte en pedazos su doctrina?

Son varias preguntas. El Corán, en realidad, no está especialmente en contra del sexo, más bien al contrario. Es bastante liberal en cuanto al sexo. Lo que pasa es que los musulmanes tendrán que abandonar la poligamia, porque no es recíproca, no es igualitaria. Lo digo por el bien de ellos, no por mí. Deberán hacerlo por sí mismos. Algún día deberá desaparecer, y estoy seguro de que algún día desaparecerá. Tardará tiempo, pero algún día llegará. Ahora bien, cuando se habla de la desconfianza de las religiones hacia el sexo yo creo que es porque todas las religiones han visto que el sexo tenía una parte –sobre todo la masculina– oscura. En toda la religión ven en el sexo algo inquietante, que no tenga nada de moral. Pero ese no es un motivo para renunciar a la sexualidad. No hay más que entrar en internet y ver las películas porno, que dan pruebas de violencia, estupidez, vulgaridad y misoginia, que es el odio a la mujer. Esa clase de sexo, el porno, se parece mucho al odio. Hay que ser conscientes de esa tensión constante entre moral y sexualidad. Lo que tiene que hacer el ser humano es aportar moralidad al sexo, que por definición es amoral.

Dice que coincide «con Feuerbach en algo que Freud, desde otra perspectiva, confirmará: no hay amor sin sexualidad, ni moral sin amor». Una afirmación provocadora que me gustaría que volviera a elaborar en voz alta.

Está en el origen de nuestra vida biológica y afectiva. No hay amor sin sexualidad porque partimos de la base de que para el amor tiene que existir el deseo, la libido, como decía Freud, y este deseo desemboca en el amor. Un amor sin sexualidad efectivamente existe cuando se trata del amor a los hijos, pero ese es un amor sublimado, es decir, que va más allá de la sexualidad. Y no hay moral sin amor, por otra parte, porque la moral es la disminución del egoísmo y ese es el amor que sentimos por nuestros hijos. La humanidad no podría existir sin sexualidad, las funciones biológicas hacen que hagamos el amor y tengamos hijos, pero también no existiría humanidad sin moral porque la moral y el amor son lo que nos hace humanos, lo que nos humaniza.



«No hay amor sin sexualidad porque para el amor tiene que existir el deseo» De la mano de su querido Montaigne anota que «el amor de un arriero resulta con frecuencia más aceptable que el de un hombre honorable», a lo que agrega que el sexo «es una lección de humildad para los intelectuales». ¿En qué sentido?

El hombre más inteligente del mundo puede ser un amante mediocre. Lo que quiero decir con esto es que puedes ser el ser más brillante, más inteligente, más culto y sin embargo no valer nada como amante. Freud decía que cualquier mozo de cuadra podía sexualmente valer más que un genio con una mente prodigiosa. En sus escritos Montaigne solía decir que cuanto más rústico o menos sofisticado mejor amante se era. Yo no sé si eso es así. No he elaborado estadísticas al respecto, pero desde luego el sexo es una escuela de humildad, sobre todo para el hombre, porque el sexo del hombre es un órgano desobediente. En la cama los mujeres pueden hacer lo que quieran, son libres. Como se suele decir, las mujeres en la cama hacen lo que quieren, el hombre hace lo que puede. De ahí esta lección de humildad. Por esta razón el sexo es tan placentero, por esta fragilidad que siente el hombre. Y esto es algo que tenemos que aceptar.



«El sexo del hombre es un órgano desobediente» En un momento dado dice: «preferiría que Dios existiera (¿quién no preferiría que el amor fuera más fuerte que la muerte?), y ésta es una de mis razones para no creer: un deseo como éste es demasiado comprensible para no ser sospechoso de ser una ilusión». ¿Por qué el avance de la ciencia y del conocimiento no han reducido la capacidad de persuasión de las religiones?

Primero habría que decir que eso no es del todo cierto. El avance de la ciencia sí ha dado lugar a una reducción de la capacidad de persuasión de las religiones. De hecho el ateísmo ha crecido aquí en Europa, y también en Estados Unidos está creciendo mucho, aunque también es verdad que allí partía de un nivel mucho más bajo. Pero la verdad es que hay ahora menos creyentes en Estados Unidos gracias a la ciencia. Por otra parte, respecto a la religión, a todos les gustaría pensar que el amor es más fuerte que la muerte, que hay una vida más allá. Pero cuando observo que todo lo que me cuenta la religión es tan deseable eso me lleva precisamente a desconfiar, porque me doy cuenta de que representa en realidad lo que deseo. Y no puede ser así. La religión es una forma de adecuarse a los deseos de la gente, de generar una ilusión. Desde el punto de vista intelectual no puedes creer en estas ilusiones, tenemos el deber de querer conocer la verdad, aunque sea dura. Pero parece ser que desde el punto de vista social funciona mejor la ilusión.



«La religión es una forma de generar una ilusión» Al final de «La felicidad, desesperadamente» dice: «No se trata de prohibirse esperar, ni de esperar la desesperación. Se trata, en el orden teórico, de creer un poco menos y de conocer un poco más. En el orden práctico, político o ético, se trata de esperar un poco menos y de actuar un poco más. Por último, en el orden afectivo y espiritual, se trata de esperar un poco menos y de amar un poco más». ¿Es la esperanza uno de los grandes opios de nuestro tiempo?

Sí, la esperanza es uno de los grandes opios de todas las épocas. Lo que nos hace vivir es el deseo, la voluntad. La voluntad de acción. La esperanza no depende de nosotros. No la podemos alcanzar. Yo propongo que la esperanza, como ha escrito Spinoza, viene acompañada del temor. Por ejemplo, esperas gozar de buena salud, es decir, que temes enfermar. Me dirás ¿qué vamos a hacer?: No podemos vivir sin esperanza. Yo propongo que a esto opongamos el deseo que lleva a actuar, es decir, el deseo sí depende de nosotros, la acción depende de nosotros. Podemos actuar en todo lo que depende de nosotros. Hay que amar en vez de esperar ser amado. Yo digo: actuar un poco más y amar un poco más y esperar un poco menos. La sabiduría es vivir sin temor.



«La esperanza es uno de los grandes opios de todas las épocas» La economía no nos sacará de la crisis, ¿lo hará la filosofía, al remover el objeto de nuestro interés, la mirada sobre lo que de verdad importa?

No, no es la filosofía la que nos va a sacar de la crisis. Lo que resolverá la crisis es la política. Claro está que la filosofía, al ser moral, puede tener cierta importancia, pero debemos ver los problemas desde el punto de vista político. Porque la filosofía resolverá nuestras dudas, pero la política es lo que finalmente se aplica a la sociedad.

Retomo también para volver a formulársela esta mañana de noviembre en Madrid una pregunta que figura en la última parte de «La felicidad, desesperadamente»: ¿Es usted un hombre feliz?

Como digo en el libro, depende de los momentos. Claro que puedes decir quiero ser feliz, pero esto no es tan sencillo. Puede ocurrir una desgracia, puedes perder a un hijo y entonces se derrumba tu mundo y ya no puedes ser feliz. La filosofía no es desde luego la píldora para ser feliz, pero lo que sí puedo decir es que la filosofía me ayuda a ser lúcido y por lo tanto me ayuda a ser más feliz.



«La filosofía no es una píldora para ser feliz» ¿Quién es André Comte-Sponville?

Tiene la respuesta delante de usted. Soy un filósofo francés, europeo, de comienzos del siglo XXI. Esta sería la respuesta profesional e intelectual. Pero soy también el padre de mis hijos, soy el compañero sentimental de mi compañera sentimental y el amigo de mis amigos. Tenemos una identidad múltiple. Pero si tuviera que decir algo concreto diría que soy el padre de mis hijos, aunque soy también el hijo de mi padre. Sin embargo, de todos los predicados que me puedo aplicar el más importante, el que más me define, es que soy el padre de mis hijos.

sábado, 18 de octubre de 2014

André Compte-Sponville



André Compte-Sponville (París, 1952) es uno de los filósofos franceses más brillantes y apreciados tanto dentro como fuera de su país. A partir de los 18 años se declara ateo y empieza a buscar respuestas sobre la religión, Dios y la espiritualidad dentro de la filosofía, concretamente en la tradición materialista. Actualmente es profesor de la Universidad de París – La Sorbonne y colabora en diversos medios franceses como Libération. El 4 de marzo de 2008 fue nombrado miembro del Comité Consultivo Nacional de Ética Francés por el presidente de la República Francesa Nicolás Sarkozy. Es autor de más de una decena de libros: La felicidad, desesperadamente; El amor, las soledad; Invitación a la filosofía; Diccionario filosófico; El capitalismo, ¿es moral?; Pequeño tratado de las grandes virtudes, Impromptus, El alma del ateísmo todos igualmente publicados por Ediciones Paidós.

LA FELICIDAD, DESESPERADAMENTE de André COMTE-SPONVILLE

El día 3 de noviembre el Club de Lectura de Tarde estuvo comentando las impresiones lectoras sobre el libro del filósofo francés André COMTE-SPONVILLE, LA FELICIDAD, DESESPERADAMENTE.

EL LIBRO HA GUSTADO MUCHO porque:

1) Posee un discurso coloquial y sencillo sobre una sola idea: la Felicidad como Objetivo y la Sabiduría como Medio y, a todos, nos ha sido fácil entender y compartir.

2) Es una invitación a la Vida y nos aconseja a valorar lo que tenemos, actuar siempre y a mantenernos alegres y positivos.

3) Deja claro que no esperemos ser felices si nos limitamos a desear lo que no tenemos y no avanzamos en el SABER, ACTUAR Y AMAR.

4) Defiende el Presente… ” Habitar este momento que es el nuestro [...] donde no hay nada que creer [...] y donde no hay nada que esperar, puesto que todo está por hacer y por amar” frente al pensamiento de PASCAL: “No se vive nunca para el Presente: se vive un poco para el Pasado [...] y, mucho, mucho para el Futuro”.

5) Hace énfasis en que lo más importante para la persona es formarse e ir avanzando en la vida en su SER y no en su TENER.

6) Hay que tener constancia que cada uno de nosotros tenemos nuestra idea de Felicidad dependiendo de los condicionantes de cada persona y, sobre todo, de nuestra escala de valores.

7) Es posible ser feliz en cualquier momento y dejar de serlo segundos después. La Felicidad no es absoluta ni eterna sino simplemente posible.

8) Las preguntas formuladas en el libro como colofón a la conferencia del filósofo nos parecen buenísimas y también ofrecen claridad a la visión filosófica del autor.

Todos los porqués estuvieron mezclados:

a) Con opiniones personales de cada tertuliano sobre la idea de la Felicidad.


b) La importancia, o no, de la herencia genética en ver la vida de una forma negativa o positiva.


c) La influencia del entorno educacional y emocional para aprender a ser feliz.


d) En sentirnos satisfechos con nosotros mismos y con la capacidad de elegir su felicidad.

e) La variedad de factores: etapas de la vida, momentos, necesidades…etc., que afectan en la felicidad personal.

En definitiva ha sido gratificante leer un libro en dónde se habla de Filosofía- Sabiduría- Felicidad- Esperanza- Desesperación- Amor y Alegría, con tanta naturalidad y lucidez que nos hace situarnos en un diálogo comprendido con grandes y valorados filósofos.


Para terminar la tertulia se entregó la próxima lectura: Conociendo la obra de..., TOMÁS SÁNCHEZ SANTIAGO. Ha sido seleccionado por la Biblioteca Pública de Zamora y entregado a todos los pertenecientes al Club con una clara finalidad:

INVITAR al escritor a un CAFÉ LITERARIO con todos nosotros y con los que quieran participar, el día 10 de noviembre a las 20:15 en el Salón de Actos de la Biblioteca Pública.

Dicha invitación es muy importante para el Club de Lectura porque vamos a responsabilizarnos del papel dual de “anfitriones” e “invitados”.

Tal solo recordaros que antes del Encuentro con Tomás Sánchez Santiago nos vemos a las 7:15 en la Sala Polivalente de la Biblioteca Pública.




FUENTE: ( http://clubdelecturadetardedezamora.blogspot.com.ar )

miércoles, 15 de octubre de 2014

BIOGRAFIA DE OSCAR WILDE


                                                 BIOGRAFIA DE OSCAR WILDE

El retrato de Dorian Gray





Introducción a El retrato de Dorian Gray

El retrato de Dorian Gray (título original: The Picture of Dorian Gray) es la única novela que publicó en vida el autor irlandés Oscar Wilde.

Acusada de inmoral en su época, esta historia sobre la búsqueda de la eterna juventud a cualquier precio, es considerada hoy uno de los clásicos modernos de la literatura occidental.

La novela supone una revisión del mito de Fausto, que había resucitado a principios de siglo Goethe con su obra de teatro del mismo nombre. El protagonista de la novela, Dorian, desea que su retrato envejezca en su lugar, dejándole a él joven para siempre. Fausto por su lado, vendía su alma al diablo a cambio de conocimiento y poder, siguiendo el tema de la condenación eterna a cambio de bienes terrenales. El personaje de Lord Henry, amigo de Dorian en el libro y que le anima a disfrutar una vida de placeres, jugaría el papel del Diablo, o más bien, de abogado del diablo, llevando a Dorian hacia el pacto manipulando su inocencia e inseguridad, aunque no de manera premeditada.

Otro de los temas principales de la obra es la belleza y el valor de lo aparente. Su título "El retrato de Dorian Gray", sugiere que la novela trata la imagen del hombre, más que al hombre en si mismo. Así, Oscar Wilde plantea cuestiones sobre la verdadera naturaleza y localización de la identidad, y sobre el valor de lo superficial.

Otro de los temas importantes es el hedonismo, representado en la obra por el personaje de Lord Henry y sus discursos, donde establece sus ideas sobre la vida, que considera debe difrutarse al máximo sin preocupaciones. Sus máximos valores son el placer y la belleza.

Esta idea se transmite al principio de la obra a Dorian, y está ligada con el tema de la doble vida. Éste disfruta la libertad que le proporciona el que sus actos solo se reflejen en el cuadro, y Oscar Wilde contrapone escenas de su vida de caballero (las fiestas, las visitas...) con sus experiencias en los bajos fondos (como la visita al fumadero de opio).

Al igual que en "El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde" de Robert Louis Stevenson , que Oscar Wilde admiraba, el tema de la dualidad es común en las novelas de terror gótico, y se considera una reacción por parte de los autores a la rígida moral victoriana de la época.

El contexto histórico de "El retrato de Dorian Gray". La se publicó primero por fascículos en la revista Lippincott's Monthly Magazine en 1890, en plena época victoriana, y fue reeditada al año siguiente como libro con capítulos añadidos. Aunque su publicación fue un éxito, la sociedad de la época era notablemente rígida y puritana, y algunas de las críticas fueron negativas, en parte debido a su percepción sobre el hedonismo y por la imagen que ofrecía de la moral convencional, aunque también por los tintes homoeróticos de la novela, que causaron sensación entre los críticos.

Esto motivó que se volviera a reeditar la novela con un prólogo del propio autor donde respondió a las críticas y defendió la reputación de su novela y donde Oscar Wilde afirmaba que su novela es "una verdadera obra de arte", de la que se desprendía una importante lección ética (en el prólogo se incluye la célebre frase: "No hay obras moralmente buenas o malas, sino bien escritas o mal escritas").

En la reedición, Oscar Wilde añadió también seis capítulos más para acercarse a los gustos del público, y las críticas mejoraron. Los cambios incluyen la inclusión del personaje de James Bane, que prevee desde el principio la maldad de Dorian (acercando la novela al estilo victoriano).

Esto no evitó que la novela fuera utilizada en contra de su autor durante es escándalo y posterior juicio y prisión que acabarían con la carrera de Oscar Wilde en 1896.

Debido a su relación con el joven Lord Alfred Douglas, Oscar Wilde fue acusado de homosexualidad (considerada un delito en aquella época) y castigado a dos años de trabajos forzados en la cárcel de Reading. Fue liberado en 1897, y murió tres años más tarde, destrozado por la condena y la vida en prisión.

Durante el juicio se leyeron párrafos de El retrato de Dorian Gray, en especial los que describen la cercana relación entre los personajes de Basil y Dorian, esgrimiéndolos como prueba de homosexualidad. Oscar Wilde se defendió elocuentemente, alegando que no se debía juzgar al escritor por lo que escribía.

La obra ha sido traducida a más de 15 idiomas desde su publicación, y ha inspirado numerosas adaptaciones, literarias, musicales y artísticas.

"El retrato de Dorian Gray" sido llevada al cine y a la televisión en numerosas ocasiones, destacando la adaptación de 1945 dirigida por Albert Lewin con Hurd Hatfield en el papel de Dorian Gray, Lowell Gilmore como Basil Hallward, George Sanders como Lord Henry Wotton y Angela Lansbury como Sibyl Vane papel por el que fue nomidada al Oscar de Hollywood.


FUENTE: ( http://literatura.rincondelvago.com)

lunes, 13 de octubre de 2014

Palabras, sonidos y silencios. Programa de radio

No se pierdan Palabras, sonidos y silencios el programa de creatividad, cultura y debates imperdibles. Los días Jueves de 20 a 22 hs.
Nos puedes escuchar por conexiong21.com.ar   desde Bahia Blanca, Argentina.


                              Conducen:  GUILLERMO RAUL  Y  EMANUEL F GUIDO




                                           NO SE LO PIERDAN .......!!!!!!!


domingo, 12 de octubre de 2014

La importancia de llamarse Ernesto

Oscar Wilde, otro de los innumerables autores que han dejado huella en su paso por este mundo.
El título (original) ya es en sí mismo una muestra de como se las gasta Oscar; The Importance of Being Earnest. El nombre del libro se traduce literalmente como "La importancia de ser Serio", y es que "Earnest" suena igual que "Ernest", lo cual genera ya, desde buen principio un buen juego de palabras para entrar en calor. La traducción, evidentemente, mata ese curioso juego de palabras. Sin embargo, he leído que hay ediciones tituladas como "La importancia de ser Severo" en castellano o, para los catalanoparlantes "La importància de ser Frank".
Para empezar, en esta breve pero magistral obra de teatro, nos encontramos con dos jóvenes acomodados ingleses.
Uno de ellos se ha inventado un alter ego llamado Ernesto y bajo este nombre conoce a una dama. Pero no es una cualquiera, sinó una que solo quiere casarse con alguien llamado Ernesto.
Durante la obra, al otro joven le sucederá exactamente la misma situación con otra chica.
Esto dará pie a unos malabarismos impresionantes por parte de los jóvenes que deben intentar mantener sus verdaderos nombres en secreto para llegar a ser esposos de sus respectivas cortejadas.
Hay muchos puntos destacables que hacen más memorable esta obra, pero no quisiera privaros de la sorpresa de descubrirlo por vuestra cuenta.
Con este enrevesado juego de manos, Wilde nos sirve una comedia que demuestra mucho ingenio por parte del autor. A mi nunca se me hubiera ocurrido una situación tan intrincada que, a medida que avanza la obra se va retorciendo aun más en una altamente improbable serie de casualiades de la vida.
En fin, es un libro en que aparecen dos Ernestos, de los cuales uno se llama Jack y el otro Algernon. Es decir, la típica situación que todos los días encontramos por la calle, ¿verdad?
Como se podrá adivinar, el libro lanza una burla descarada a la sociedad y se ríe de ciertas costumbres de la era victoriana, como por ejemplo, la consideración de que tener personalidad seria era importante y bueno.
Se me queda algo corta la reseña, pero el libro también lo es, así que no me seáis vagos y leedlo, que no os cuesta nada.

FUENTE: ( http://www.mascriticas.com )

OSCAR WILDE


La importancia de llamarse Ernesto, de Oscar Wilde



Reseña escrita por Fernando Pineda :




Dos jóvenes aristócratas en la época de 1890 en Inglaterra coincidían con el mismo seudónimo, Ernesto, lo cual no les acarreaba demasiados problemas hasta que se enamoraron con mujeres con las que usaron el mismo nombre. A partir de éste hecho, la trama de la obra, lleva al espectador (de la obra, y lector) a situarse frente a una comedia de identidades erróneas. Por un lado está Jack Worthing quien convive con una amiga, Cecily Cardew, pero cuenta con una doble vida, frente a ella es él mismo pero cuando llega a Londres adopta el papel de un hermano ficticio llamado Ernesto, cuyas virtudes eran las deseadas por cualquier mujer.



.También su amigo, Algy Moncrief recurre a la estrategia de cambiar de identidad cuando se le antoja. Todo se complica cuando Jack, le pide matrimonio a una adinerada joven llamada Gwendolen, quien está sugestionada de que él se llama Ernesto. A todo esto, por otra parte, su amigo Algy visita a la bella Cecily presentándose como el hermano supuesto de Jack, Ernesto. Al haberse enterado de tantos prodigios sobre él, resuelve casarse. Pero cuando Jack retorna de Londres, fantaseando la noticia de que su hermano ha dejado de existir para librarse de aquel personaje que ahora le ocasiona problemas, las cosas empiezan a enredarse. A Jack Worthing empieza a pesarle guardar un secreto bajo siete llaves. Por un lado, se regocija con llevar una vida tranquila y respetable en el campo, donde despliega funciones como protector de la bellísima (y fabulosamente rica) Cecily Cardew.


.Pero, por otro, cuando necesita de mayor estímulo, Jack se escapa a Londres, donde asume la actitud y el procedimiento del voluble Ernesto Worthing, su imaginario hermano. Ernesto es un hombre libertino con gran predilección por la vida extravagante, condición que comparte con su íntimo amigo Algy Moncrieff. Enterada la temida Lady Bracknel de la propuesta de matrimonio de aquel hombre para con su hija , tiene otros planes para su heredera. Cuando investiga a Jack por sus referencias sociales, descubre la verdad: Jack había sido hallado, cuando era un bebé, en un bolso abandonado en la Estación Victoria , siendo desprovisto de todo linaje, la mujer le niega su consentimiento. Jack se ve de repente forzado a deshacerse de Ernesto y a encontrar alguna certeza de su abolengo, si es que planea alguna vez casarse con Gwendolen.


. Mientras tanto, Algy, se vale de la afligente situación de su amigo y decide visitar a su venerada Cecily. Cuando se presenta a sí mismo como Ernesto, descubre entusiasmado que Cecily lleva tiempo cobijando sus propias fantasías acerca de casarse con el hermano andarín. Se produce el arrebato y no pasa mucho tiempo hasta que deciden casarse. Pero cuando Jack vuelve al campo con la noticia de que su hermano ha muerto, las cosas comienzan a complicarse más de la cuenta. Gwendolen se hace presenta en el campo, escapando de su madre y de su oposición a que sea novia de Ernesto. Al campo también llega Lady Bracknell y ante su obstinación en oponerse al amor de Jack y su hija, Jack se rebela oponiéndose a la relación de Algernon y Cecily, ya que Algernon es sobrino de Lady Bracknell. Para desenmarañar todo este lío, aparece Ms Prism, quien junto a Lady Bracknell descubren que Jack es realmente sobrino de esta última. Fue Ms Prism quien conociò a Jack en la estación del ferrocarril , en tiempos en que se desempeñó como niñera en casa de Lady Bracknell..Jack era entonces hermano mayor de Algermon


.A todo esto, Gwendolen insiste en que ella solo puede amar a un hombre llamado Ernest, por lo que Lady Bracknell le presta ayuda, explicándole que tal vez él no se llama Jack, puesto que antes de perderse, le habían puesto el nombre de su padre. Jack después de investigar su pasado, descubre que en realidad se llama Ernest, con lo cual todas las parejas acaban siendo felices. El tema trascendental de la obra, es la amistad entre dos jóvenes londinenses solteros, y la doble vida que se han empeñado a llevar, con nombres y vidas simuladas, para cubrir la formas frente al círculo social al cual forman parte, y del que no quieren ser excluidos. A través de un cambio de nombres y de roles, empiezan a provocarse las situaciones confusas, con los innumerables problemas que les ocasionan en su vida amorosa, con sus pretendientes, con una tía que representa la aparente respetabilidad de la clase alta, la relación con los sirvientes, y con la gente a su cuidado. El titulo de la obra, hace referencia al juego de palabras entre ser Ernesto y ser honesto, ya que de esa virtud, se habla continuamente a lo la largo de la historia , de la honestidad para con uno y para con los los demás, en todos los aspectos de la vida.


.Para disfrutar en toda su extensión ya sea a través de la trama que se cuenta como de las reconvenciones en que tropiezan los personajes, el desfasaje entre dichos y acciones que estimulan el efecto de la comicidad, y los estupendos textos que dejan vislumbrar una ácida sátira ,a la vez que mordaz mirada a la hipocresía social de todos los tiempos. Oscar Wilde fue un escritor, poeta y dramaturgo británico, famoso por su natural ingenio y sarcasmo social. Alumno destacado del Trinty College en su Dublín natal, Wilde completó sus estudios en Oxford. Durante ese periodo, el escritor estudió a los clásicos de la literatura griega, consolidándose como un experto sobre la materia, incluso ganando varios premios de poesía clásica. A partir de 1879 resuelve asentarse en Londres de manera permanente y es allí donde empieza a producir sus primeras obras de éxito, como su única novela El retrato de Dorian Gray (1890) o, en teatro, El abanico de Lady Windermer (1892), Salomé (1894) -que fue fustigada por retratar personajes bíblicos-, o La importancia de llamarse Ernesto (1895), entretenida comedia que ha sido llevada al cine en diversas ocasiones. Su carrera y su vida casi simultáneamente se derrumban a finales de 1895.


.Acusado de sodomía por el padre de un íntimo amigo suyo, Wilde es declarado culpable y sometido a dos años de trabajos forzados. Tras su salida de la cárcel tolera un absoluto ostracismo social por lo que decide abandonar Inglaterra rumbo a Francia, donde viviría en Berneval hasta el deceso de su esposa en 1898. A partir de entonces y, bajo el nombre de Sebastián Melmoth, viajó por Europa para acabar refugiándose en París, donde murió en noviembre del año 1900.





FUENTE. (http://resenyasliterarias.blogspot.com.ar)