conexiong21.com.ar
lunes, 30 de noviembre de 2015
domingo, 29 de noviembre de 2015
EL PROFESOR GUILLERMO RAUL NUEVAMENTE EN TEATRO E
LAS TABLAS ESPERAN ANSIOSAS EL DEBUT......
EL PROFESOR GUILLERMO RAÚL NUEVAMENTE SE
INCLINA HACIA SU FACETA
ACTORAL.
LOS DÍAS 4 Y 7 DE DICIEMBRE
ESTRENA JUNTO AL GRUPO
TEATRAL DEL CUAL FORMA
PARTE DOS OBRAS QUE OSCILAN ENTRE LA COMEDIA Y EL DRAMA.
DESDE PALABRAS SONIDOS Y SILENCIOS LE DESEAMOS EL MEJOR DE LOS ÉXITOS.
EL PROFESOR GUILLERMO RAÚL NUEVAMENTE SE
INCLINA HACIA SU FACETA
ACTORAL.
LOS DÍAS 4 Y 7 DE DICIEMBRE
ESTRENA JUNTO AL GRUPO
TEATRAL DEL CUAL FORMA
PARTE DOS OBRAS QUE OSCILAN ENTRE LA COMEDIA Y EL DRAMA.
DESDE PALABRAS SONIDOS Y SILENCIOS LE DESEAMOS EL MEJOR DE LOS ÉXITOS.
miércoles, 4 de noviembre de 2015
APROXIMACION AL CONCEPTO DE NEUROSIS COLECTIVAS DE VIKTOR E. FRANKL
La filosofía, la antropología, la sociología, la ps
icología, entre otras , sean éstas ciencias de
la naturaleza o ciencias del espíritu, han intentad
o dar cuenta del el hombre.
Cada ciencia, ya sea, desde un modelo biológico, ps
icológico o social, ha intentado dar
respuesta a esta inquietud. Teniendo en cuenta que
el hombre es una entidad compleja, se
ha estudiado como animal evolucionado, como sujeto
del inconsciente, como ser social,
tomando aspectos parciales del ser o bien preguntán
dose por atributos del ser (razón,
conducta, libertad, conciencia, etc.)
Lo que permite inferir que el hombre siempre se ha
pensado así mismo, sin dejar de ser sí
mismo. Así, el hombre se convierte en objeto de est
udio y sujeto de reflexión al mismo
tiempo. (Oro, 1997) (Zucchi, 1967)
El ser humano, al pensarse, nunca lo ha hecho en fo
rma aislada. Así, a través del la historia,
se ha pensado en relación a algo: a Dios, al mundo,
a la realidad exterior. (Zucchi, 1967)
Pero, si tuviéramos que centrarnos, solamente, en u
na de estas relaciones, y dar cuenta de la
idea de hombre, estaríamos adoptando una postura re
duccionista.
Si bien, no es el objetivo de este trabajo realizar
un análisis de las diferentes ideas
antropológicas, se hace necesario aclarar desde qué
idea de hombre parte este breve
recorrido.
Se parte de una concepción de persona bio – psico –
social –espiritual – existencial –
trascendente, en continuo diálogo con si mismo, con
los demás y con las cosas. Adoptando
una mirada integradora y original, explicitando una
antropología existencial y filosófica.
(Oro, 1997)
A los afectos de poder acercarnos al concepto de Ne
urosis Colectivas de Viktor E. Frankl,
se acentuará el enfoque desde el punto de vista soc
ial, sin dejar de lado una comprensión de
hombre integradora.
Kurt Lewin plantea que es más fácil comprender al h
ombre dentro de un grupo que fuera de
él. De aquí, su concepto de espacio vital. Este con
cepto, no refiere a un lugar físico sino
que se define por la totalidad de los hechos que de
terminan la conducta, en determinado
momento. Es decir, se infiere, en primera instancia
, que el hombre se relaciona con el
mundo. Esta relación es una interacción en la que h
ombre influye al mundo y viceversa. No
se trata de poner el acento en el hombre o en el mu
ndo, si no que es interesante la
interacción en sí misma. (Blanco, 1988)
De alguna manera, pensar en esta inter relación, im
plica pensar en el hombre moderno.
La modernidad se ha caracterizado por considerar al
hombre como valor, respetando la
dignidad de la persona. Ubica al ser humano como un
sujeto – actor, participativo y
protagonista. Pero al mismo tiempo, el siglo XX, es
creador de distintas ideologías,
(algunas extremistas, como el nazismo o el fascismo
), entre ellas: el neoliberalismo,
globalización de las desigualdades y la pobreza.
Así mismo, la evolución de la ciencia y la tecnolog
ía, el desarrollo económico, conlleva al
hombre a preguntarse hacia dónde se dirige.
Por un lado, la modernidad resalta al hombre en su
protagonismo, su libertad y los valores.
Y, al mismo, tiempo conlleva un a crisis moral, que
hace que el hombre se encuentre en
estado de confusión y precariedad. (Hochkofler, 201
1)
De esta manera, podría considerarse que nos encont
ramos frente a un imaginario social que
alude a que se Es lo que se tiene, donde lo materia
l, el dinero, surge como único valor,
cuando en realidad, el dinero es un valor de cambio
, por lo cual se otorga valor y se cambia
por un objeto o servicio.
La cultura, la creatividad, la vivencia, la educaci
ón, la motivación, el compromiso, son
aspectos que se dejan de lado, prevaleciendo la sup
erficialidad, la cosificación de aspectos
humanos, el no compromiso.
En un sistema, en el que se sostiene que todo tiene
una valor (económico), en una sociedad
de consumo, las personas sienten sentimientos de ex
clusión, de angustia, de que nada tiene
sentido.
De acuerdo, a la idea antropológica que sostiene la
Logoterapia, sabemos que la dimensión
espiritual no enferma. Sin embargo, el espíritu no
es ajeno a los avatares que lo social
ejerce en los aspectos biológicos y psicológicos. L
a espiritualidad, entendida como libertad
y responsabilidad, puede ser afectada.
Vivimos en una sociedad, donde los cambios se suced
en rápidamente, se le exige al hombre,
una adaptación sin el tiempo necesario para su elab
oración. Se han transformado lo modos
de sentir, actuar y pensar, lo cual conlleva a la m
odificación en la jerarquía de valores, el
tener que optar por lo urgente y necesario, lo cual
puede no coincidir con lo más valioso.
Si se sostiene la creencia de que el tener dinero h
ace a quien soy, lo contrario sería, sino
tengo, no soy, lo que acarrea diversos conflictos,
llegando a la negación del otro.
Por lo tanto, surge una especie de paradoja... Si s
e trata de tener cada vez más, porque surge
la violencia, el sufrimiento y el sin sentido? Si e
l dinero o las cosas materiales, ocupan el
interés de las personas, porque se sufre?
Si lo primordial es el tener y no el ser, podría in
terpretarse que el despliegue de la
existencia en la búsqueda de sentido se transforma,
de esta manera, en algo secundario.
Dichas acciones y actitudes objetivan lo humano imp
idiendo el despliegue de valores de
actitud, de experiencia o de creación.
No nos encontramos con un Tú, sino con otro cosific
ado, que es útil, en tanto satisfaga las
demandas o necesidades que el sistema sociocultural
impone.
Ante tal realidad, algunas personas se ven afectada
s físico, emocional y cognitivamente.
Manifiestan desconfianza, desesperanza, irritabilid
ad, vulnerabilidad, angustia.
Sentimientos que tiñen a nuestra sociedad y que lle
van al ser humano a sentir que ya nada
tiene sentido.
V. Frankl, ha considerado la Voluntad de sentido, c
omo aquella fuerza espiritual que
impulsa al hombre en la búsqueda de sentido y que p
articipa en la búsqueda de un propósito
en la vida. A partir de lo cual, Frankl no plantea
factores determinantes sino motivos para
descubrir el sentido en cada situación. Ahora bien,
que sucede cuando se frustra la voluntad
de sentido? El autor refiere que la persona se encu
entra en estado de tedio, o bien “...el
vacío existencial se manifiesta enmascarado con div
ersas facetas y disfraces. A veces la
frustración de la voluntad de sentido, se compensa
mediante una voluntad de poder, en la
que cabe su expresión más primitiva: la voluntad de
tener dinero” (Frankl, Pág. 151). Y
agrega “...suele manifestarse en forma de compensació
n sexual, podemos observar que la
libido sexual se vuelve agresiva.” (op. cit.)
En tanto, se cae en la deshumanización, , en tanto
se persigue el dinero, el poder, el placer o
la felicidad como un fin en sí mismo, al mismo tiem
po nunca se alcanza, llevando al ser
humano a la frustración y reafirmándose las emocio
nes negativas.
Ahora bien, las causas que pueden generar el vacío
existencial y que van más allá del
sentimiento de falta de sentido en la vida, podría
considerarse lo que Frankl llama
neurosis
sociógena
. Frankl, denomina “tríada neurótica de las masas”,
que consiste en la depresión,
la adicción y la agresión.
Viktor Frankl ha considerado las consecuencias en l
a psique, causadas por las crisis
socioeconómicas. Las personas se sirven de las cris
is económicas como pretexto, frente a
los demás y ante sí mismos, para justificar su acti
tud en experiencias negativas.
Frankl, llamó vacío existencial, al síntoma de nues
tro tiempo.
En la sociedad de hoy, una sociedad consumista, lo
importante es ir para adelante, pero sin
considerar hacia donde, generando desorientación, d
esubicación y alienación, ya que este
“correr hacia”, no tiene sentido, no hay un plan ni
misión. Favoreciendo la presencia de los
síntomas nombrados anteriormente: depresión, adicci
ón y agresión.
Frankl, aporta el concepto de
neurosis colectivas
, estas neurosis que se caracterizan por
conductas repetitivas, por el intento del hombre de
adaptarse a una sociedad que lo
condiciona, dificultando la autorrealización y el d
espliegue de la libertad y los valores.
Las neurosis colectivas de caracterizan por cuatro
síntomas:
1)
Actitud fatalista: se trata de la creencia en el po
der del destino. El destino está
escrito y no se puede modificar. Los acontecimiento
s se suceden unos a otros,
porque estarían determinados, por lo tanto, la pers
ona tiende a no asumir la
responsabilidad, culpando a otros, renunciando a su
libertad.
2)
Existencia provisional: se caracteriza por una prof
unda falta de esperanza,
mostrando inseguridad ante el futuro. Posibilita la
aparición de angustia de
expectación, tendiendo a provocar aquello que se te
me. Prevalece el sobrevivir al
existir.
3)
Pensar colectivista: El hombre queda en el anonimat
o. No hay una diferenciación
entre un Yo y un Tú. Así, se hace necesario diferen
ciar sociedad y masa. En la
sociedad el hombre auto-trasciende y se auto- reali
za,. En la masa, el individuo no
se desarrolla, las personalidades desaparecen. En e
l pensamiento colectivista, existe
una tendencia a la nivelación.
4)
Fanatismo: tiende a generalizar. Pasa por alto la p
ersonalidad de los individuos que
no piensan de la misma manera. No hay posibilidad d
e escucha frente a otras
propuestas o formas de expresión, creyendo válida ú
nicamente la propia. De alguna
manera, se relaciona con el pensar colectivista. La
persona se hace esclavo de una
ideología.
El pensar colectivista y el fanatismo, se caracteri
zan por no considerar a la persona como
tal, no toleran las individualidades. Mientras que
la persona se mantenga en la masa, en
tanto no tiene de qué preocuparse, o planear su fut
uro, se mantiene al margen. No hay
compromiso. Mientras no se decide, no se compromete
. Pero esta actitud tiene un costo
grande, ya que el compromiso no es sólo con los dem
ás, es también con uno mismo, es
interno y externo. Compromiso y elección implican,
a su vez, la posibilidad y el riesgo de
perder, de equivocarse. Pero no implicarse, comprom
eterse o elegir, implica perderse a uno
mismo.
Podemos concluir, que el hombre postmoderno, vive y
hace frente a los condicionamientos
sociales. Puede inferirse que el hombre de hoy, ant
e el vacío existencial, ante la dificultad
de descubrir un propósito a su existencia, tiende a
tomar los medios como fines en sí
mismos.
Tiende a absolutizar valores, volviéndolos rígidos
e inflexibles, lo cual favorece que el ser
humano caiga en la desesperación, no pudiendo difer
enciar lo necesario de lo valioso y lo
urgente de lo importante. (Oro, 2001)
De allí, que en ocasiones, se Es lo que se Tiene, d
ificultando el despliegue de la libertad y
la auto-trascendencia.
Para finalizar: “Una sociedad sana desarrolla la ca
pacidad del hombre para amar al prójimo,
trabajar creativamente, desarrollar su razón y obje
tividad para tener un sentimiento de sí
basado en sus propias capacidades productivas” (Oro
, 2001)
LIC, LAURA ASTARITA
icología, entre otras , sean éstas ciencias de
la naturaleza o ciencias del espíritu, han intentad
o dar cuenta del el hombre.
Cada ciencia, ya sea, desde un modelo biológico, ps
icológico o social, ha intentado dar
respuesta a esta inquietud. Teniendo en cuenta que
el hombre es una entidad compleja, se
ha estudiado como animal evolucionado, como sujeto
del inconsciente, como ser social,
tomando aspectos parciales del ser o bien preguntán
dose por atributos del ser (razón,
conducta, libertad, conciencia, etc.)
Lo que permite inferir que el hombre siempre se ha
pensado así mismo, sin dejar de ser sí
mismo. Así, el hombre se convierte en objeto de est
udio y sujeto de reflexión al mismo
tiempo. (Oro, 1997) (Zucchi, 1967)
El ser humano, al pensarse, nunca lo ha hecho en fo
rma aislada. Así, a través del la historia,
se ha pensado en relación a algo: a Dios, al mundo,
a la realidad exterior. (Zucchi, 1967)
Pero, si tuviéramos que centrarnos, solamente, en u
na de estas relaciones, y dar cuenta de la
idea de hombre, estaríamos adoptando una postura re
duccionista.
Si bien, no es el objetivo de este trabajo realizar
un análisis de las diferentes ideas
antropológicas, se hace necesario aclarar desde qué
idea de hombre parte este breve
recorrido.
Se parte de una concepción de persona bio – psico –
social –espiritual – existencial –
trascendente, en continuo diálogo con si mismo, con
los demás y con las cosas. Adoptando
una mirada integradora y original, explicitando una
antropología existencial y filosófica.
(Oro, 1997)
A los afectos de poder acercarnos al concepto de Ne
urosis Colectivas de Viktor E. Frankl,
se acentuará el enfoque desde el punto de vista soc
ial, sin dejar de lado una comprensión de
hombre integradora.
Kurt Lewin plantea que es más fácil comprender al h
ombre dentro de un grupo que fuera de
él. De aquí, su concepto de espacio vital. Este con
cepto, no refiere a un lugar físico sino
que se define por la totalidad de los hechos que de
terminan la conducta, en determinado
momento. Es decir, se infiere, en primera instancia
, que el hombre se relaciona con el
mundo. Esta relación es una interacción en la que h
ombre influye al mundo y viceversa. No
se trata de poner el acento en el hombre o en el mu
ndo, si no que es interesante la
interacción en sí misma. (Blanco, 1988)
De alguna manera, pensar en esta inter relación, im
plica pensar en el hombre moderno.
La modernidad se ha caracterizado por considerar al
hombre como valor, respetando la
dignidad de la persona. Ubica al ser humano como un
sujeto – actor, participativo y
protagonista. Pero al mismo tiempo, el siglo XX, es
creador de distintas ideologías,
(algunas extremistas, como el nazismo o el fascismo
), entre ellas: el neoliberalismo,
globalización de las desigualdades y la pobreza.
Así mismo, la evolución de la ciencia y la tecnolog
ía, el desarrollo económico, conlleva al
hombre a preguntarse hacia dónde se dirige.
Por un lado, la modernidad resalta al hombre en su
protagonismo, su libertad y los valores.
Y, al mismo, tiempo conlleva un a crisis moral, que
hace que el hombre se encuentre en
estado de confusión y precariedad. (Hochkofler, 201
1)
De esta manera, podría considerarse que nos encont
ramos frente a un imaginario social que
alude a que se Es lo que se tiene, donde lo materia
l, el dinero, surge como único valor,
cuando en realidad, el dinero es un valor de cambio
, por lo cual se otorga valor y se cambia
por un objeto o servicio.
La cultura, la creatividad, la vivencia, la educaci
ón, la motivación, el compromiso, son
aspectos que se dejan de lado, prevaleciendo la sup
erficialidad, la cosificación de aspectos
humanos, el no compromiso.
En un sistema, en el que se sostiene que todo tiene
una valor (económico), en una sociedad
de consumo, las personas sienten sentimientos de ex
clusión, de angustia, de que nada tiene
sentido.
De acuerdo, a la idea antropológica que sostiene la
Logoterapia, sabemos que la dimensión
espiritual no enferma. Sin embargo, el espíritu no
es ajeno a los avatares que lo social
ejerce en los aspectos biológicos y psicológicos. L
a espiritualidad, entendida como libertad
y responsabilidad, puede ser afectada.
Vivimos en una sociedad, donde los cambios se suced
en rápidamente, se le exige al hombre,
una adaptación sin el tiempo necesario para su elab
oración. Se han transformado lo modos
de sentir, actuar y pensar, lo cual conlleva a la m
odificación en la jerarquía de valores, el
tener que optar por lo urgente y necesario, lo cual
puede no coincidir con lo más valioso.
Si se sostiene la creencia de que el tener dinero h
ace a quien soy, lo contrario sería, sino
tengo, no soy, lo que acarrea diversos conflictos,
llegando a la negación del otro.
Por lo tanto, surge una especie de paradoja... Si s
e trata de tener cada vez más, porque surge
la violencia, el sufrimiento y el sin sentido? Si e
l dinero o las cosas materiales, ocupan el
interés de las personas, porque se sufre?
Si lo primordial es el tener y no el ser, podría in
terpretarse que el despliegue de la
existencia en la búsqueda de sentido se transforma,
de esta manera, en algo secundario.
Dichas acciones y actitudes objetivan lo humano imp
idiendo el despliegue de valores de
actitud, de experiencia o de creación.
No nos encontramos con un Tú, sino con otro cosific
ado, que es útil, en tanto satisfaga las
demandas o necesidades que el sistema sociocultural
impone.
Ante tal realidad, algunas personas se ven afectada
s físico, emocional y cognitivamente.
Manifiestan desconfianza, desesperanza, irritabilid
ad, vulnerabilidad, angustia.
Sentimientos que tiñen a nuestra sociedad y que lle
van al ser humano a sentir que ya nada
tiene sentido.
V. Frankl, ha considerado la Voluntad de sentido, c
omo aquella fuerza espiritual que
impulsa al hombre en la búsqueda de sentido y que p
articipa en la búsqueda de un propósito
en la vida. A partir de lo cual, Frankl no plantea
factores determinantes sino motivos para
descubrir el sentido en cada situación. Ahora bien,
que sucede cuando se frustra la voluntad
de sentido? El autor refiere que la persona se encu
entra en estado de tedio, o bien “...el
vacío existencial se manifiesta enmascarado con div
ersas facetas y disfraces. A veces la
frustración de la voluntad de sentido, se compensa
mediante una voluntad de poder, en la
que cabe su expresión más primitiva: la voluntad de
tener dinero” (Frankl, Pág. 151). Y
agrega “...suele manifestarse en forma de compensació
n sexual, podemos observar que la
libido sexual se vuelve agresiva.” (op. cit.)
En tanto, se cae en la deshumanización, , en tanto
se persigue el dinero, el poder, el placer o
la felicidad como un fin en sí mismo, al mismo tiem
po nunca se alcanza, llevando al ser
humano a la frustración y reafirmándose las emocio
nes negativas.
Ahora bien, las causas que pueden generar el vacío
existencial y que van más allá del
sentimiento de falta de sentido en la vida, podría
considerarse lo que Frankl llama
neurosis
sociógena
. Frankl, denomina “tríada neurótica de las masas”,
que consiste en la depresión,
la adicción y la agresión.
Viktor Frankl ha considerado las consecuencias en l
a psique, causadas por las crisis
socioeconómicas. Las personas se sirven de las cris
is económicas como pretexto, frente a
los demás y ante sí mismos, para justificar su acti
tud en experiencias negativas.
Frankl, llamó vacío existencial, al síntoma de nues
tro tiempo.
En la sociedad de hoy, una sociedad consumista, lo
importante es ir para adelante, pero sin
considerar hacia donde, generando desorientación, d
esubicación y alienación, ya que este
“correr hacia”, no tiene sentido, no hay un plan ni
misión. Favoreciendo la presencia de los
síntomas nombrados anteriormente: depresión, adicci
ón y agresión.
Frankl, aporta el concepto de
neurosis colectivas
, estas neurosis que se caracterizan por
conductas repetitivas, por el intento del hombre de
adaptarse a una sociedad que lo
condiciona, dificultando la autorrealización y el d
espliegue de la libertad y los valores.
Las neurosis colectivas de caracterizan por cuatro
síntomas:
1)
Actitud fatalista: se trata de la creencia en el po
der del destino. El destino está
escrito y no se puede modificar. Los acontecimiento
s se suceden unos a otros,
porque estarían determinados, por lo tanto, la pers
ona tiende a no asumir la
responsabilidad, culpando a otros, renunciando a su
libertad.
2)
Existencia provisional: se caracteriza por una prof
unda falta de esperanza,
mostrando inseguridad ante el futuro. Posibilita la
aparición de angustia de
expectación, tendiendo a provocar aquello que se te
me. Prevalece el sobrevivir al
existir.
3)
Pensar colectivista: El hombre queda en el anonimat
o. No hay una diferenciación
entre un Yo y un Tú. Así, se hace necesario diferen
ciar sociedad y masa. En la
sociedad el hombre auto-trasciende y se auto- reali
za,. En la masa, el individuo no
se desarrolla, las personalidades desaparecen. En e
l pensamiento colectivista, existe
una tendencia a la nivelación.
4)
Fanatismo: tiende a generalizar. Pasa por alto la p
ersonalidad de los individuos que
no piensan de la misma manera. No hay posibilidad d
e escucha frente a otras
propuestas o formas de expresión, creyendo válida ú
nicamente la propia. De alguna
manera, se relaciona con el pensar colectivista. La
persona se hace esclavo de una
ideología.
El pensar colectivista y el fanatismo, se caracteri
zan por no considerar a la persona como
tal, no toleran las individualidades. Mientras que
la persona se mantenga en la masa, en
tanto no tiene de qué preocuparse, o planear su fut
uro, se mantiene al margen. No hay
compromiso. Mientras no se decide, no se compromete
. Pero esta actitud tiene un costo
grande, ya que el compromiso no es sólo con los dem
ás, es también con uno mismo, es
interno y externo. Compromiso y elección implican,
a su vez, la posibilidad y el riesgo de
perder, de equivocarse. Pero no implicarse, comprom
eterse o elegir, implica perderse a uno
mismo.
Podemos concluir, que el hombre postmoderno, vive y
hace frente a los condicionamientos
sociales. Puede inferirse que el hombre de hoy, ant
e el vacío existencial, ante la dificultad
de descubrir un propósito a su existencia, tiende a
tomar los medios como fines en sí
mismos.
Tiende a absolutizar valores, volviéndolos rígidos
e inflexibles, lo cual favorece que el ser
humano caiga en la desesperación, no pudiendo difer
enciar lo necesario de lo valioso y lo
urgente de lo importante. (Oro, 2001)
De allí, que en ocasiones, se Es lo que se Tiene, d
ificultando el despliegue de la libertad y
la auto-trascendencia.
Para finalizar: “Una sociedad sana desarrolla la ca
pacidad del hombre para amar al prójimo,
trabajar creativamente, desarrollar su razón y obje
tividad para tener un sentimiento de sí
basado en sus propias capacidades productivas” (Oro
, 2001)
LIC, LAURA ASTARITA
FUENTE: ( https://www.kennedy.edu.ar)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)