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jueves, 14 de junio de 2018

TEMA DE DEBATE: Autoimagen, nuestro espejo interno.

La autoimagen es esa fotografía interna (y con frecuencia falsa), que tenemos de nosotros mismos y que está presente, cada vez que decimos o pensamos “yo soy” o “yo no soy” y es la responsable de decir “yo puedo” o “yo no puedo”.
No permitas que una autoimagen distorsionada y equivocada impida tu felicidad.



“Nuestra autoimagen establece los límites de nuestro éxito personal”. Maxwell Maltz (Escritor Americano

¿Cómo se forma nuestra autoimagen?


Cuando nace un bebé, no sólo no sabe hablar, sino que no tiene consciencia de sí mismo, es decir, no sabe quién es.
Su mundo es su mamá y él es parte de ella.

Poco a poco aprende a hablar y lo hace relacionando las palabras que escucha, con los objetos que le muestran.
La mamá le dice mamila y se la muestra y el bebé aprende lo que es una mamila, después la mamá lo alimenta y el pequeño aprende para que sirve.

Así como aprende lo que significan las diferentes palabras, aprende lo que él es, es decir, adquiere una imagen de sí mismo.

Cuando dice "yo soy", repite lo que papá y mamá dicen de él, cuando platican con otras personas o cuando le dicen "eres..." o "no seas..."
El escucha estas palabras y como son dichas por papá y mamá las cree, nunca las cuestiona y pasan a formar parte de su autoimagen: "yo soy..."

La autoeimagen está compuesta, también, por el resultado de las conclusiones que el bebé saca, a partir de la manera como lo tratan.
Si sus padres u otras personas importantes en su vida lo ignoran, piensa "es porque no me quieren" y concluye, (aunque no con estas palabras) "seguramente no soy digno de ser querido".

Las etiquetas que nos afectan, son aquellas que escuchamos con mucha frecuencia, de las personas que son valiosas para nosotros o que son el resultado de relaciones significativas.

La autoimagen que nos formamos es importante, porque determina nuestra actitud ante la vida.
Si pensamos que somos capaces, nos vamos a sentir motivados para actuar y vamos a tener éxito.
Si creemos que somos incapaces, la mayor parte de las veces ni siquiera lo vamos a intentar y nuestros esfuerzos van a ser relativos y poco exitosos.

El problema es que esas etiquetas que formaron nuestra autoimagen, no son un reflejo real de nosotros.
Sólo muestran la manera de pensar de la gente que fue parte de nuestra vida.

Veamos un ejemplo:
Enrique y Manuel estudian juntos.
Ambos son excelentes alumnos y su principal gusto es leer libros sobre aventuras y ciencia ficción.
Por lo tanto, pasan muchas horas leyendo en su cuarto.

Los papás de Enrique son muy deportistas.
Cada vez que lo ven sentado leyendo, le dicen:
No seas flojo.
Deberías de ser como los demás niños.

Los papás de Manuel son médicos y también les gusta la lectura.
Cuando lo ven leyendo, les da gusto y lo felicitan.

Probablemente al llegar a la edad adulta la autoimagen de Manuel va a ser mejor que la de Enrique.
¿Por qué si ambos niños comparten los mismos gustos y actividades, uno puede tener una autoimagen positiva y sentirse valioso y el otro no?
Porque han sido juzgados y calificados, por los valores personales y las preferencias de diferentes adultos.

FUENTE: (http://www.crecimiento-y-bienestar-emocional.com/autoimagen.html )

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