El ateísmo es el rechazo a la creencia en la existencia de uno o más dioses.1 2 En sentido estricto, es la postura en la que no existe ningún dios.3 4 5 Por extensión, es la ausencia de creencia en que exista algún dios.4 5 6 7 Se opone al teísmo,8 9 que en su forma más general afirma la existencia de al menos una deidad.9 10
El término ateo etimológicamente deriva del latín athĕus y este del griego ἄθεος, que significa ‘sin dios(es)’, y fue empleado de forma peyorativa para referirse a quienes rechazaban a los dioses adorados por su sociedad.11 Con el surgimiento y la difusión del librepensamiento, el escepticismo científico y el subsecuente incremento de la crítica de la religión, disminuyó el alcance del término. Las primeras personas en identificarse a sí mismas con la palabra «ateo» vivieron en el siglo XVIII.12 Algunas religiones antiguas y modernas son denominadas ateas, ya que o no tienen el concepto de deidad o niegan la existencia de una deidad creadora, aunque aún veneran a otras entidades divinas.
Los argumentos a favor del ateísmo abarcan desde aspectos filosóficos a perspectivas sociales e históricas. Las razones para no creer en ninguna deidad sobrenatural incluyen la falta de evidencia empírica,13 14 el problema del mal, el argumento de las revelaciones inconsistentes, el rechazo a conceptos infalsables y el argumento de la no creencia, entre otros.13 15 Si bien algunos ateos han adoptado filosofías seculares,16 17 no existe una ideología o un sistema moral único a la que todos los ateos adhieran.18 Muchos de ellos sostienen que el ateísmo es una cosmovisión más parsimoniosa que el teísmo y que por tanto la carga de la prueba no recae en quien no cree en la existencia de dioses, sino que es el creyente quien debe justificar su teísmo.19
Dado que las nociones de ateísmo varían, determinar cuántos ateos existen en el globo es una tarea compleja.20 Según una estimación hecha en 2007, los ateos representaban el 2,3 % de la población mundial, además de un 11,9 % de no religiosos (ateos no incluidos).21 Una encuesta de WIN/GIA de 2012 preguntó «¿Independientemente de si asistes a un lugar de culto o no, dirías que eres una persona religiosa, no religiosa o un ateo convencido?». El 59 % de la población mundial se identificó como religiosa, un 23 % no religiosa y un 13 % se declaró atea convencida. Los ateos están concentrados principalmente en Asia Oriental, especialmente China (47 %) y Japón (31 %), y en Europa Occidental (en promedio 14 %), donde sobresale Francia (29 %). En comparación con el mismo estudio realizado en 2005, en siete años la religiosidad disminuyó nueve puntos porcentuales mientras que los ateos aumentaron tres en los países en común.22
Diagrama que muestra las relaciones entre las definiciones entre el ateísmo débil/fuerte e implícito/explícito.
Los ateos explícitos positivos/fuertes (en la derecha) afirman que «a lo menos existe una deidad» es una afirmación falsa.
Los ateos explícitos negativos/débiles (en la derecha) rechazan o rehúyen la creencia que existe alguna deidad, sin afirmar explícitamente que «a lo menos una deidad existe» es falso.
Los ateos implícitos negativos/débiles (en la izquierda) incluyen a personas que no creen en una deidad, pero no han rechazado conscientemente tal creencia: niños pequeños, personas que no han sido expuestas a ideas teístas y algunos agnósticos.
Los tamaños en el diagrama no indican los tamaños relativos dentro de una población.
No existe consenso sobre cuál es la mejor manera de definir y dividir al ateísmo.23 Entre los aspectos en disputa se encuentra la pregunta a qué entidades sobrenaturales se opone, si es una afirmación per se o solo la ausencia de ella y si requiere un rechazo explícito y deliberado o no. Se lo considera compatible con el agnosticismo,24 25 26 27 28 29 30 pero también diferente.31 32 33 Se ha propuesto una variedad de categorías para diferenciar sus diferentes formas.
Alcance
Parte de la ambigüedad y controversia existente en definir ateísmo surge de la dificultad de lograr un consenso en la definición de palabras como deidad o dios. La pluralidad extrema de diferentes concepciones de dios y deidad ha llevado a diferentes ideas respecto su aplicación. En la Antigüedad clásica, los romanos acusaron a los cristianos de ser ateos por no adorar a sus deidades paganas. De forma gradual y a medida que este uso disminuía, se empezó entender al teísmo como la creencia en cualquier divinidad, sea la propia o no.34
Con respecto al rango de los fenómenos rechazados, el ateísmo puede rechazar desde la existencia de las deidades, hasta la existencia de cualquier concepto espiritual, sobrenatural o trascendente, tales como aquellos del budismo, hinduismo, jainismo y taoísmo.35
Implícito vs. explícito
Las definiciones de ateísmo varían según el grado de reflexión que una persona debe tener respecto a los dioses para ser considerada atea. Algunas definiciones incluyen a la simple ausencia de creencia en que algún dios exista. Esta definición extensa incluiría a los recién nacidos y aquellas personas que no han sido expuestas a ideas teístas. Ya en 1772, Baron d'Holbach dijo que «Todos los niños nacen ateos; no tienen ni idea de Dios».36 Similarmente, George H. Smith (1979) sugirió que: «El hombre que no conoce al teísmo es un ateo porque no cree en un dios. Esta categoría también incluiría al niño que tiene la capacidad conceptual para aprehender los problemas implicados, pero que aún no es consciente de ellos. El hecho de que este niño no crea en un dios lo califica como ateo».37 Smith acuñó el término ateísmo implícito para referir a «la ausencia de creencia teísta sin un rechazo consciente» y ateísmo explícito para la definición más común de la incredulidad consciente. Ernest Nagel contradice la definición de Smith como simple «ausencia de teísmo», reconociendo solo el ateísmo explícito como el verdadero «ateísmo».38
Positivo vs. negativo
Filósofos como Antony Flew39 y Michael Martin34 han diferenciado el ateísmo positivo (fuerte) con el ateísmo negativo (débil). El ateísmo positivo es la afirmación consciente que los dioses no existen. El ateísmo negativo incluye todas las otras formas del no-teísmo. De acuerdo a esta clasificación, quienquiera que no sea teísta es un ateo negativo o positivo. Los términos fuerte y débil son relativamente recientes, mientras que los términos positivo y negativo tienen un origen anterior y se han usado (de maneras ligeramente diferentes) en la literatura filosófica39 y en apologéticas católicas.40 Bajo esta división del ateísmo, la mayoría de los agnósticos serían ateos negativos.
Mientras que hay quienes afirman, como Michael Martin, que el agnosticismo implica un ateísmo negativo,27 varios agnósticos consideran que su postura es distinta al ateísmo,41 42 pues pueden considerar a este último no más justificado que el teísmo o que requiere de igual convicción.41 La declaración que el conocimiento, ya sea a favor o en contra, de la existencia de los dioses es inalcanzable, se entiende a veces con la implicación que el ateísmo también requiere un salto de fe.43 44 Las respuestas comunes incluyen que las proposiciones religiosas no demostradas merecen tanta incredulidad como todas las proposiciones sin pruebas45 y que la improbabilidad de la existencia divina no implica que la posibilidad contraria tenga la misma probabilidad de ser cierta.46 El filósofo escocés J. J. C. Smart argumentó que «en ocasiones una persona auténticamente atea puede describirse a sí misma, incluso apasionadamente, como agnóstica debido a la generalización irracional del escepticismo filosófico que nos prohíbe decir que sabemos algo sobre cualquier cosa, a excepción quizás de las verdades de las matemáticas y la lógica formal».47 Para algunos ateos, como el filósofo Fernando Savater, el agnosticismo es una forma cobarde e inconsecuente de ateísmo.48 Por consiguiente, algunos autores ateos como Richard Dawkins prefieren diferenciar a las posturas teístas, ateas y agnósticas de acuerdo a su posición dentro de un espectro de probabilidad teísta, es decir, la probabilidad de verdad que cada quien asigna a la afirmación «Dios existe».49 En lo personal se declara «agnóstico en la misma medida en que lo soy respecto de las hadas en el fondo del jardín».50
Definición como imposible o transitorio
Anterior al siglo XVIII, la existencia de Dios se aceptaba tan universalmente en el mundo occidental que incluso se cuestionaba la posibilidad del ateísmo auténtico. Bajo el contexto del innatismo teísta, la idea de que todas las personas creen en Dios desde el nacimiento, estaba la connotación de que los ateos simplemente eran teístas en negación.51
Además existe la creencia de que los ateos rápidamente creen en Dios en momentos de crisis, se convierten in artículo mortis (justo antes de morir) o que «no hay ateos en las trincheras».52 Sin embargo, han existido contraejemplos, entre ellos casos de ateos literalmente en las trincheras.53
Incluso se ha cuestionado la necesidad de la palabra ateísmo:
De hecho, «ateísmo» es un término que no debería existir. Absolutamente nadie necesita identificarse a sí mismo como un «no-astrólogo» o «no-alquimista». No tenemos palabras para las personas que dudan que Elvis aún vive o que los alienígenas han cruzado la galaxia solo para molestar granjeros y sus ganados. El ateísmo no es nada más que los ruidos que las personas sensatas manifiestan en la presencia de creencias religiosas injustificadas.54
Carta a una nación cristiana, Sam Harris
Conceptos
Paul Henri Thiry, Baron d'Holbach, un defensor del ateísmo del siglo XVIII.
La fuente de la desdicha del hombre es la ignorancia de la naturaleza. La pertinacia con que se aferra a opiniones ciegas imbuidas en su infancia, las que se entretejen con su propia existencia, el consecuente prejuicio que deforma su mente, que previene su expansión, que lo somete a la esclavitud de la ficción, surge para condenarlo al error incesante.55
—Système de la Nature
La clasificación más amplia del fundamento ateo es su división entre ateísmo práctico y teórico.
Ateísmo práctico
Los ateos prácticos o pragmáticos viven como si no existieran dioses y explican los fenómenos naturales sin necesidad de referencias divinas. No niegan explícitamente la existencia de los dioses, pero pueden considerarla innecesaria o inútil; de acuerdo a esta postura, estos tampoco proveen sentido a la vida, ni influencian la vida cotidiana.56 57 Una forma de ateísmo práctico con implicaciones para la comunidad científica es el naturalismo metodológico: la «tácita adopción o suposición del naturalismo filosófico dentro del método científico con o sin la plena aceptación o creencia en ella».58
El ateísmo pragmático puede tomar diversas formas:
Ausencia de motivación religiosa: la creencia en dioses no impele la acción moral, religiosa o cualquier otro tipo de actuar.
La exclusión activa de los problemas divinos y religiosos de la búsqueda intelectual y acción práctica.
Indiferencia: la ausencia de interés en los problemas divinos y religiosos.
Desconocimiento del concepto de deidad.56
Ateísmo teórico
Argumentos ontológicos
El ateísmo teórico explícitamente plantea argumentos contra la existencia de dioses y refuta los argumentos teístas comunes, tales como el argumento del diseño o la apuesta de Pascal. Es principalmente una ontología, concretamente una ontología física.
Véanse también: Ateísmo agnóstico, No-cognitivismo teológico y Apuesta de Smith.
Argumentos epistemológicos
El ateísmo epistemológico sostiene que las personas no pueden conocer a Dios o determinar su existencia. Se fundamenta en el agnosticismo, que toma una variedad de formas. En la filosofía de la inmanencia, la divinidad es una entidad inseparable del mundo, que incluye a la mente propia, y cada conciencia individual está contenida en el sujeto. De acuerdo a esta forma de agnosticismo, la limitación en la perspectiva humana previene cualquier inferencia objetiva desde la creencia en un dios a la afirmación de su existencia independiente del creyente. El agnosticismo racionalista de Immanuel Kant y los pensadores de la Ilustración solo aceptan el conocimiento deducido a través del razón humana; esta forma de ateísmo afirma que los dioses no son identificables por medio alguno, por lo que su existencia jamás podrá llegarse a conocer. El escepticismo, basado en la ideas de David Hume, afirma que la certeza sobre cualquier asunto es imposible, por lo que nunca nadie podrá saber de forma segura si un dios existe o no. Hume, no obstante, sostuvo que tales conceptos metafísicos imperceptibles deben rechazarse como un «sofismo y una ilusión».59 Existe debate respecto si el agnosticismo debiera clasificarse dentro del ateísmo, ya que también puede considerarse como una cosmovisión independiente y fundamental.56
Otros planteamientos ateos pueden clasificarse como epistemológicos u ontológicos, como el positivismo lógico y el ignosticismo, que afirma que términos elementales tales como «Dios» y frases como «Dios es todopoderoso» carecen de significado o inteligibilidad. El no-cognitivismo teológico sostiene que la afirmación «Dios existe» no expresa una proposición, sino una frase sin sentido o cognitivamente vacía. De manera similar, existe debate si tal postura puede clasificarse como una forma de ateísmo o agnosticismo. Los filósofos A. J. Ayer y Theodore M. Drange rechazan ambas categorías, declarando que ambas corrientes aceptan que «Dios existe» es una proposición, por lo que separan al no-cognotivismo en una categoría propia.
FUENTE: (http://es.wikipedia.org)
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